El cálamo: un antiguo instrumento de escritura
En la historia del mundo, las primeras escrituras se realizaron con herramientas rígidas que esculpían ciertas superficies muy pesadas y frágiles de una u otra forma. Es que se escribía con estiletes o instrumentos para el tallado, sobre arcilla, piedra o tablillas de cera. Unas técnicas eran exageradamente pesados, otros no podían ser trasladados y muchos eran hasta difíciles de elaborar. Sin contar la fragilidad de algunos. Debido a cada una de las desventajas que se conseguían, cada cultura antigua fue evolucionando la forma y técnica para escribir.
Con el pasar del tiempo y la evolución a través de los año, la técnica de mayor facilidad implicaba el uso de instrumentos que pudiense escrbir utilizando pigmentos, con lo que dejaban o pintaban trazos sobre una determinada superficie. Y uno de estos instrumentos, el que más data tiene, es el cálamo o la pluma de caña. Es la herramienta de la escritura con mayor antigüedad, que emplea el pigmento en estado líquido.
«La pluma de caña, le debe su nombre a la planta cálamo que crece en zonas húmedas. Pero en realidad, el instrumento de escritura al que se le denomina cálamo, se fabricaba de diversos tallos duros y cañizos.»
¿Cómo es el Cálamo?
El Cálamo o pluma de caña, es un trozo de caña con un extremo cortado de forma oblicua, y con punta cuadrada. Fueron los escribas en el Egipto del siglo IV a.C. los primeros en utilizar el cálamo, y escribir con él en el papiro. Para esto, procedían a sumergir el cálamo en la tinta, reteniéndola en el corte que tenía la punta.
Pero el cálamo es muy rígido, más que las plumas provenientes de las aves. Además, perdían rápidamente la punta afilada. Así que con el tiempo se reemplazaron con las plumas de aves, que traían consigo muchas ventajas. De igual forma, el uso del cálamo no se erradicó del todo, y se siguió usando hasta en la Edad Media. Incluso, la cultura árabe fue una guardiana principal utilizándola en su caligrafía. Y hoy en día, como tradición, se sigue utilizando. Es que la escritura obtenida con la punta de cálamo es muy apreciada. Pues produce un trazo ancho y con forma romboidal, creando una caligrafía única.
Proceso de fabricación del Cálamo
El Cálamo o pluma de caña, se fabricaba teniendo un trozo de caña con longitud aproximada de 20 centímetros. Este trozo debe estar exenta de algún desperfecto. Uno de sus extremos, al que le cortarían la punta de forma oblicua, se sumergía en agua durante un buen tiempo. Esto ayudaba al corte de la caña, ya que no se astillaba.
Luego, con cierta cantidad de cortes, al estar puntiagudo y bastante plano, se llegaba al tallado definitivo del plumín. Su extremo puntiagudo era cortado bastante cercano a la punta, de forma tal que ésta se crease cuadrada. La punta adecuada para la escritura.
Para finalizar el cálamo, hacían un corte en la caña, iniciando en la punta de la pluma y alargándolo hasta una longitud apropiada. Este corte sostendría la tinta al escribir, y no pude ser muy largo porque puede romperse la pluma.
Como consecuencia de su proceso de fabricación y naturaleza propia, el cálamo proporciona trazos gruesos en la caligrafía. La desventaja que supondría, es que la caligrafía debe realizarse de mayor tamaño para que pudiera ser legible. Esto es debido a la forma cuadrada de la punta del cálamo. También presenta la característica peculiar, de que debe ser frecuentemente mojada en la tinta. Pues, siempre su capacidad de retener tinta será inferior a cualquier otra pluma. Definitivamente, en la antigüedad, entre los escribas era de suma importancia la habilidad que se tuviera para la confección del cálamo.
De dónde proviene la palabra Cálamo
La pluma de caña, le debe su nombre a la planta cálamo que crece en zonas húmedas. Pero en realidad, el instrumento de escritura al que se le denomina cálamo, se fabricaba de diversos tallos duros y cañizos.
De su etimología podemos decir, que Cálamo proviene del: latín calămus que significa junco, caña, varilla o flauta; préstamo del griego κάλαμος, pronunciándose “kálamos”, que significa cañita o junco. Y esta voz puede ser que comparta la raíz del latín culmus que significaría paja o tallo del cereal. Que también da origen a la palabra calamar o caramelo.
La Planta del cálamo
Actualmente, además de referirse a la herramienta para escribir, Cálamo es una planta que se denomina cálamo aromático. Es una planta existente en todo el clima templado del hemisferio norte, pero realmente tiene su origen en Asia. El cálamo aromático le gusta las tierras con mucha humedad y hasta las orillas donde existen aguas estancadas o donde el agua sea bastante lento.
El planta del cálamo aromático es de tipo perenne muy similar a los juncos. Puede llegar hasta la altura de 2 metros, y posee hojas grandes y muy alargadas de 1 x 10 centímetros. Hay que destacar que esta planta desprende un suave aroma, por eso el nombre.
El cálamo aromático además de utilizarse como herramienta de escritura y fabricar algunas flautas, también se ha empleado de forma medicinal. Pues, posee ciertas propiedades alucinógenas, y sirve para el tratamiento de algunas dolencias de origen estomacal, intestinal y glandular. También existen registros de que en el antiguo Egipto, también usaban esta planta en planos medicinales y para perfumes.